En la mitología nórdica existen distintas conexiones entre los territorios que conforman su mundo, por ejemplo el Bifröst es el puente que une la tierra de los dioses (Asgard) con las tierra en la que habitan los humanos (Midgard). A través de esta conexión, los dioses suelen dar ayudas a los humanos que consideren adecuados, influir en el clima, entre otras cosas. Sin embargo a través de la conexión entre Midgard y Jotunheim (el reino de los gigantes de hielo) cruzan criaturas que amenazan el orden y la seguridad de los pueblos.

Minerva era una de las diosas de guerra más fuertes, pero también era la diosa de las artes, poesía, artesanía y medicina.

Odiseo es el rey de Ítaca, una pequeña isla, muy arraigado a su familia. Le gusta proteger a sus ciudadanos, harar las tierras y pasar tiempo con su esposa Penélope y su hijo Telémaco. Sin embargo, Atenas rompe su periodo de paz cuando le llaman para ir a la guerra contra Troya, una ciudad conocida por ser inexpugnable.

En varias culturas existe la figura mitológica de una mujer vengativa, que atormentaba a los hombres, atacándolos o matándolos, si éstos habían atentado en contra de mujeres. Por ejemplo, la mujer empollerada en Panamá

Hades, el dios del inframundo, ha logrado obtener un amplio poder, e influir a humanos a atentar en contra de los Dioses. Además, ha sido responsable de corromper a algunos dioses y subdioses, para trabajar a favor de él. En el presente, ha surgido un alto nivel de escepticismo por los humanos, hacia los dioses, debido a que los culpan por la miseria como a hambruna, guerra, y la muerte. Hace poco, Hades le declaró guerra a los Dioses del Olimpo.

El Ragnarok es el destino de Dioses. Cuando llegase ese momento, Dioses entrarían en guerra contra los gigantes: llegando a la aniquilación de ambos bandos. Tanto ellos como los adeptos a la mitología nórdica sabían cuándo iban a morir sus Dioses, cómo y contra quién.

El mito del Salto de Léucade versa sobre un acantilado con propiedades mágicas en la isla de Léucade. Cualquiera que saltase desde aquel lugar hacia las rocas marinas olvidaba a la persona de la cual estaba enamorada, sin riesgo de muerte. Sin embargo, perdías la capacidad de volverte a enamorar. Por ejemplo, Afrodita saltó para olvidar a Adonis cuando Ares, convertido en jabalí, por celos le asesinó.
Orpheus se casa con Eurydice, su amor verdadero. Al poco tiempo, Eurydice muere por una picadura de serpientes. Orpheus emprende una aventura hacia el inframundo para rescatarla, pasando por vicisitudes peligrosas. Al conseguirlo, Hades impresionado le permite llevarse a Eurydice de regreso al mundo de los vivos. Con una condición: deberá emprender el trayecto longevo y peligroso con su amante detrás de él. Y, bajo ninguna circunstancia, podrá voltearse a confirmar que Eurydice sigue a su lado. Al casi llegar a la Tierra, Orpheus incumplió la condición y Eurydice desapareció, por lo que jamás podría volver a estar juntos.